ISO 31000 - Gestión del Riesgo

La gestión del riesgo hoy en día debería ser una practica habitual en las organizaciones de cualquier sector, dado el auge o importancia del desarrollo de tecnologías, cambios fluctuantes en los mercados y en la economía, la política, el marco legal y ambiental, las prácticas operacionales, administrativas, económicas y financieras no adecuadas, etc., que pueden resultar en riegos latentes con consecuencias que podrían ser catastróficas, con lo que se impedirían el logro de los objetivos corporativos y que podría traer repercusiones económicas serias.
Es necesario así mismo, ser conscientes de que la ocurrencia de un riesgo puede en sí, no solo representar una amenaza, si no también producir una expectativa de beneficio para la organización y por tanto hay que estar preparado.
Dada la relevancia o seriedad de afectación de los riesgos en las organizaciones, es de gran valor contar una estrategia de actuación preventiva, anteponiéndose con ello a reaccionar de modo conveniente ante cualquier situación, mitigando todo lo que pudiera impactar negativamente y aprovechando aquello que traiga beneficios.
La estrategia se traduce en la integración del Sistema de Gestión de Riesgos a la organización, así como a sus procesos, políticas y cultura, esto a través de la implementación de las directrices y principios contenidos en la norma ISO 31000, cuya filosofía busca que las organizaciones independientemente del sector, de su tamaño, naturaleza y complejidad, aborden y gestionen sus riesgos de forma global, mediante la implementación de una serie de prácticas coordinadas y alineadas para saber qué aspectos gestionar y cómo hacerlo, controlando con ello cualquier tipo de riesgo y reduciendo obstáculos que podrían impedir el logro o consecución de los objetivos.
La implementación de este enfoque preventivo en apego las directrices y principios contenidos en la norma ISO 31000 trae resultados en relación con la optimización de la prevención y gestión de riesgos, minimizar perdidas asociadas a la operación de los procesos, mejorar la habilidad en la detección de amenazas, oportunidades, toma de decisiones y el establecimiento de métodos de control, seguimiento y monitoreo, aumentar la confianza de las partes interesadas, asegurar el sano, crecimiento organizacional.
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